El Pudú presenta mayor actividad durante la mañana o al atardecer. Estos animales huyen del peligro corriendo, agachados y en zig-zag. En cambio, los ejemplares juveniles brincan y corretean como cabritos.
La época de reproducción de estos animales es en otoño, momento en que abandonan la soledad. El cortejo se inicia con topadas en los flancos y la ingle, deriva hacia el acicalamiento mutuo, con lamidas firmes y más diligentes de la hembra.
Se considera que el Pudú alcanza su madurez sexual a los 6 meses de edad. Una vez que la alcanza, el joven busca su propio territorio del cual no se aparta a lo largo de toda su vida.
La gestación es de 7 meses. Ya avanzada la primavera o a comienzo del verano, nacen las crías. El macho está presente durante el parto y se queda mirando cómo la hembra come la placenta, limpia al recién nacido y lo acicala.
Sólo nace una cría por camada, según datos existentes. Enseguida que nacen ya pueden pararse y caminar. Los pequeños llegan a pesar unos 700 g. y rápidamente aumentan de peso, superando los 2kg. al mes de vida.
Rápidamente la madre retoma sus actividades habituales, aunque volviendo al albergue para alimentarlo y atenta siempre a los llamados de la cría. Ésta, poco a poco gana la independencia: la madre lo acicala menos y va haciéndolo desistir de mamar hasta que, a los dos meses cumplidos, lo desteta definitivamente.