El mono Carayá es el primate más grande del continente americano. Su cuerpo está recubierto de un pelaje largo y áspero. La cabeza es redonda y el rostro desnudo. Los ojos son grandes y los orificios nasales se encuentran bastantes cercanos unos de otros. Las extremidades poseen cinco dedos provistos de uñas planas, no garras. El dedo pulgar de la mano no es oponible, pero sí el del pie. Al igual que el ser humano, cuando camina se apoya sobre la palma de los pies.
Posee un marcado dimorfismo sexual en la coloración y tamaño corporal. El macho adulto es de mayor tamaño y completamente negro. La hembra es parda y amarillenta. Los machos juveniles son del mismo color que las hembras hasta los 3 o 4 años de edad.
Tanto machos como hembras presentan una barba abultada en la garganta pero es más notoria en los machos debido al gran desarrollo del hueso hioides y de la mandíbula inferior. Esto le permite funcionar como caja de resonancia, permitiéndole emitir fuertes aullidos.
Son los machos quienes los emiten y son capaces de ser oídos a más de 1,5 km de distancia. Se los puede escuchar principalmente durante el amanecer y el atardecer, para advertir sobre algún peligro, tormentas o simplemente para marcar su presencia ya que la espesura de la selva les impide el contacto visual entre los individuos del grupo. Esta característica les ha valido el nombre de mono aullador y los convierte en los animales más ruidosos del mundo, entrando en el Libro de los records mundiales.
La cola es larga, fuerte y prensil utilizándola como un miembro más. Puede medir unos 50 a 90 cm. de longitud. Sirve de ancla para los bebés ya que cuando son transportados por su madre u otros adultos, el pequeño enrosca su colita en la base de la cola de quien lo transporta. Durante los desplazamientos por lugares dificultosos la cola puede ser un puente para que las crías puedan pasar por sobre ellas de un lugar a otro. Asimismo, durante el cortejo, la cola participa mediante caricias y abrazos de protección.