El Wallaby de cuello rojo posee hábitos solitarios, aunque se los ha observado formar grandes grupos en los momentos de alimentación o de descanso. Estos animales, durante las horas de mayor temperatura deciden descansar o dormir al reparo de un árbol o conjunto de plantas y por la tarde, cuando el calor ha disminuido, abandonan su refugio para salir en busca de alimento.
Su agudo sentido de audición y olfato lo mantienen atento a las amenazas de su alrededor. En ocasiones, alerta a otros individuos del peligro golpeando fuertemente su cola contra el piso.
Durante una excitación nerviosa o por las altas temperaturas del ambiente, se refrescan lamiéndose constantemente sus manos y brazos.
En cuanto a su reproducción, los marsupiales son metaterios, es decir que conforman el grupo de animales que no poseen una verdadera placenta sino simplemente un rudimento llamado placenta vitelina que no lleva a término el desarrollo embrionario. Es por ello que este proceso finaliza en una bolsa llamada marsupio. Ésta es una bolsa cutánea, presente únicamente en las hembras, que protegerá a la cría durante el resto de su desarrollo. En el interior podremos encontrar los pezones por dónde se alimentará el pequeño.
Los marsupiales presentan un tiempo de gestación de 33 días, al final del cual nacen crías inmaduras. El pequeño, es expulsado a través del seno urogenital de la madre y, aferrándose al pelo de la misma, comienza a trepar por su cuerpo siguiendo un camino que la madre ha marcado anteriormente mojándolo con su lengua. En el transcurso de esta aventura que hacen sin la ayuda de la madre, las crías llegan en muy poco tiempo al marsupio. Una vez allí, buscan intensamente los pezones para prenderse a ellos y obtener así la leche necesaria para completar su desarrollo.
Después de unos pocos meses, el pequeño canguro comienza a asomar su cabeza por fuera de la bolsa. Así, no sólo podrá conocer el mundo que lo rodea, si no que también podrá comenzar a alimentarse de las hojas y hierbas que estén a su alcance. Incluso cuando este individuo deja la bolsa y crece independientemente, continúa metiéndose en ella si percibe algún peligro o si quiere alimentarse de un poco más de leche materna.
La hembra puede aparearse nuevamente mientras el pequeño canguro permanece en la bolsa, pero el desarrollo del nuevo embrión será retrasado hasta que aquel haya abandonado la bolsa completamente.